miércoles, 18 de mayo de 2011

Reciclaje: una forma de subsistencia poco valorada

Fuente:
Diario de Centro América
Agustín Ortíz
01/06/09
Cientos de familias han encontrado en la recolección de material reciclable un forma de vivir; lo que menos se valora es su aporte a la economía y a la ecología.
En Guatemala se estima que unas dos mil familias viven de la recolección de residuos sólidos, quienes comercializan para reciclar. La de Franklin Rivas es un ejemplo de ello.
Lo que para la mayoría de personas es simple “basura”, “desperdicio” o “desecho”, para decenas de familias como las de Franklin Rivas, es material con valor; “es dinero” en sus propias palabras, porque subsisten de lo que ganan comercializando residuos sólidos urbanos reciclables o reusables para el mercado.
En una sociedad como Guatemala, donde la cultura del “úselo y tírelo” es casi la regla, es común que los envases o empaques de una gran cantidad de productos sean eliminados como residuos, ya que se cree que carecen de utilidad; pero lo que pocos saben es que en muchos casos vuelven a cobrar valor a través del reuso o reciclaje.
Rivas lo descubrió hace más de una década mientras trabajó como bodeguero en una empresa recicladora, donde no sólo aprendió el arte del oficio: a clasificar material, que va desde conocer las características, propiedades y calidad del producto hasta saber cómo limpiarlo,  dónde venderlo y estar enterado de los precios del mercado. “La clave es saber comprar, porque si no, uno sale perdiendo”, revela.
Rivas entonces ganaba Q100 semanales, que quedaban corto en comparación con el costo de la vida, pero ya aprendido el trabajo y conocido como funciona el mercado de reciclaje, optó por independizarse y trabajar por su cuenta.
Lleva 12 años en el negocio de la compraventa de envases de vidrio y tapitas de estos, latas de aluminio; papel periódico; material de cobre, bronce, hierro y botellas de plástico.
A Rivas le ayuda su esposa, quien pesa algunos residuos y hace la limpieza cuando es necesario; en un día bajo en ventas reúnen Q50, y cuando se trata de una jornada alta, logran hasta Q300, con lo cual la pareja sostiene su hogar integrado además por cuatro hijos. “No es que se trate de un gran negocio, pero me permite sacar adelante a mis hijos, pagar el alquiler y los gastos de la casa; nos da para pasarla”, indican.
La Terminal, punto de encuentro
Pero Rivas no es el único que se dedica a la comercialización de material reciclable, y ha encontrado en esta actividad su forma de supervivencia. El principal punto de encuentro para este grupo de personas, quienes muchas veces no están conscientes de su contribución al cuidado del medio ambiente y la limpieza de la ciudad, está en la 5ª avenida, entre 1ª y 2ª calle, de la zona 9, a un costado de la Terminal.
Allí, otras familias o jefes de éstas trabajan por cuenta propia o son empleados, como es el caso de René Rodas, quien desde hace cinco años cambió las paredes de una bodega, por las aceras de la calle donde cada vez que ve acercarse un vehículo corre a hacerle una oferta al conductor: “compramos papel periódico, cobre y hierro”; pero no siempre se trata de recicladores, incluso hay quienes se sorprenden y los miran con desprecio.
“Aquí viene toda clase de persona”, dice Rodas, sin apartar la vista de los vehículos que transitan, no vaya a ser que deje pasar un buen cliente. De hecho, al lugar llegan los recolectores de “basura” propiamente, conocidos como “guajeros”, personas particulares, y gente que más allá de necesitar ingresos extras, llevan sus “desechos” por conciencia ambiental.
Ese es el caso de don Samuel Orantes y su esposa Rita, quienes desde hace algún tiempo acostumbran guardar las botellas de vidrio, ya sea de licor y otro tipo de bebidas, y cuando han acumulado cierta cantidad, acuden al lugar para venderlos y a cambio recibir, más allá de los Q2, Q5 o Q10 por unidad, la satisfacción de ensuciar menos la ciudad; “además es una fuente de ingreso para muchas personas”, señalan.
Trabajo no valorado
Entre el trajín y el bullicio de motores, humo negro y la suciedad de la Terminal de la zona 4, emerge un grupo de personas, quienes a veces sin proponérselo contribuyen al cuidado del medio ambiente; generan fuentes de empleo y encuentran en lo que la mayoría desecha, una forma de subsistencia.
La sociedad percibe los residuos como un problema, y por lo general, lo único que hace es depositarlos distante de los ojos; esta visión ha provocado la estigmatización de las personas que trabajan la recolección, clasificación y reciclaje, lo cual agrava los esfuerzos por construir una cultura de mitigación de la contaminación ambiental, de salubridad y ornato.
Sin embargo, los clasificadores más allá del simple hecho de recuperar los residuos, haciendo que estos vuelvan a tener un valor en el mercado, extendiéndolo como negocio y forma de subsistencia, contribuyen a una práctica ambientalmente deseable, que redunda en beneficio de todos.
Precios de material reciclable
• Lata de aluminio: Q2.50 por libra.
• Envases de vidrio: botella Q2; medio litro Q1; octavo Q0.50; gordito Q6 por unidad.
• Cobre: (que no sea de Telgua): Q10 por libra.
• Motores de carro o alambres de aluminio: Q2.5 por libra.
• Tapita de licor: con corcho Q1 por  libra; sin corcho Q2.50.
• Papel periódico: Q30 por quintal; Q0.30 por libra.
• Cartón: Q10 por quintal; Q0.10 por libra.
• Hierro: Q40 por quintal; Q0.40 por libra.

ENTREVISTA: Carlos Salvatierra, activista de la Escuela de Pensamiento Ecologista “Savia”.
“La ciudadanía tiene el poder de hacer algo por minimizar los residuos”
En esta conversación, Salvatierra hace un balance de la cultura de reciclaje en Guatemala.
¿Por qué es importante reciclar?
Primero, para que esos materiales ya no regresen a la naturaleza y afecten los ecosistemas, principalmente los ríos, fuentes de agua; luego, porque con el reciclaje se disminuye la contaminación.
¿Cuál es el nivel de cultura de reciclaje en Guatemala?
Aquí son pocas las empresas que realizan este tipo de actividad, y en general hay desinformación y falta de conocimiento de la ciudadanía sobre los procesos de manejo de desechos.
¿Y en materia de políticas públicas o legislación?
Estamos en un proceso de revisión de la política nacional de desechos sólidos para ver en qué forma incorpora el tema del reciclaje, pero legislación sobre reciclaje no hay nada específico.
Las principales fuentes de desechos son la producción industrial y el consumo, ¿cómo mitigar el problema?
El primer llamado de atención es a la ciudadanía, porque la gente común tiene el poder de hacer algo. Nosotros planteamos “las cuatro r”: rechazo de productos contaminantes; reducción del consumo de estos; reutilización al máximo, y por último reciclar.
En otras palabras,  es un problema de todos…
Hay que ver estos problemas desde una óptica integral, por eso vemos necesario la regulación o incentivo a favor de los que se dediquen al reciclaj

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